"Se podría decir que las primeras malas hierbas son las más importantes
para romper el hormigón y convertir un terreno muerto en un lugar de
abundancia. Pero las malas hierbas, evidentemente, no formarán por sí
mismas esta abundancia. Las plantas más pequeñas
o más rápidas en crecer suelen ser las que pueden desintoxicar la
tierra y no las que pueden aprovechar mejor una tierra sana. Incluso en
un bosque,
los árboles de primera generación no son los que formarán el mismo
bosque después de dos o tres generaciones sin la interrupción del hacha o
la sierra. Pronto las primeras malas hierbas llegan a un límite en su
reproducción.
Tomándolo en cuenta, los primeros rebeldes deberíamos reconocer que
nuestra tarea no es la de crear más malas hierbas—más rebeldes iguales a
nosotros—sino romper el hormigón para proporcionar espacio y tierra
sana para otras especies totalmente distintas, a
tipos de rebeldes y seres vivos que no se parezcan a nosotros." 23
Tesis en torno a la Revuelta"
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